Cuida tu cuerpo ... como a tu mejor par de zapatos

Nuestro cuerpo es nuestro compañero durante toda la vida, nos acompaña y gran parte del tiempo tolera nuestros excesos. Como está siempre allí, al pie del cañón, tendemos a olvidarlo., mas bien tendemos a tomarlo por sentado.
Usualmente nos percatamos de su existencia cuando algo anda mal, cuando ya dá señales obvias de dolor.
Prestarle atención y cuidados adecuados es una prioridad en la vida. Somos espíritu, mente y cuerpo., y los tres necesitan mantenimiento.
A veces el stress de la vida diaria puede hacernos pensar que dedicar "precioso tiempo" a cuidarnos es una pérdida de tiempo o un acto egoísta. Que el trabajo, los quehaceres de la casa, los niños, el perro son prioridades en nuestra vida, tanto que no hay tiempo para "esas cosas".
No pensemos que es egoísmo ni egocentrismo tomar un tiempo para nosotros, más bien es un acto de cariño, "quiero estar bien, quiero estar sano, porque quiero darle la mejor versión de mi mismo a los que me rodean".
Darnos mantenimiento implica prestar atención, nutrirlo adecuadamente y tenerlo activo.
Prestar atención, aprendamos a escucharlo más seguido con plena conciencia, así podremos enterarnos de muchas cosas con anticipación, el cuerpo es sabio, y más de una vez manda señales de disconfort.
Nutrirlo adecuadamente y con cariño con alimentos saludables, frescos y llenos de vida. Observemos lo que nos llevamos a la boca, no todo lo fácil es recomendable.
Darle actividad, el ser humano cada vez se mueve menos, el ejercicio debe ser parte de nuestra rutina, no solo para quienes tienen acceso a un gimnasio.., camina más, saca a pasear a Firulais, lleva a los niños al parque en vez de prenderles la televisión, monta bici, arregla la casa poniendo música y bailando a la vez., ... no nos quedemos pasivos. Estamos hechos para movernos.

Recordemos el esmero que ponemos al escoger y luego mantener el auto nuevo, el terrenito soñado, el zapato de moda...., ahora traslademos esta misma pasión a cuidarmos a nosotros mismos, porque si lo analizamos, finalmente necesitamos de nuestros pies para ponernos los ansiados zapatos.


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