La realidad y yo somos amigas.. aunque para ser justa.. ella es
una amiga fiel y yo...una especie de amiga por conveniencia. Y a
comienzos de este año tuvimos el enfrentamiento del siglo.
Mi
madre siempre a sido mi modelo a seguir, de tan parecidas que somos ..nuestras peleas son épicas y nuestra complicidad mágica. Es la mujer
fuerte y decidida que algún día aspiro a ser, el pilar de su casa y de
su familia.
En enero, luego de unas navidades felices y un año
nuevo especial, el pilar de mi vida se tambaleó hasta quebrarse. Un
derrame cerebral lo cambió todo.
Pasaron noches en vela y
miedo constante, donde mi amiga realidad se dibujaba irreconocible como
una bruma... hasta que ella despertó. Y ese instante era lo que importaba, sólo
eso importaba.
Daba gracias por tenerla a mi lado de vuelta, daba gracias
porque aparentemente no había un daño grave, daba gracias porque podía
hablar, reír y reconocernos.
Sin embargo ella no era la misma,
dependía de mí hasta para lo más efímero, no tenía fuerzas para
hacer casi nada, tenía miedo a enfrentar lo cotidiano y ...quizás lo
que más me dolió es que no recordaba muchas cosas. Intimidades,
confesiones que le había hecho solo a ella, infinidad de detalles que
habíamos compartido juntas....todo quedó en el olvido.
La tenía...pero de alguna forma ya no la tenía.
A raíz de todo esto, me levanté en ira contra mi querida amiga realidad. La odiaba y me negaba a escucharla y saber más de ella.
"No debería ser así", "Esto no puede estar pasando", "No quiero", "No lo soporto" ,"No puedo".
La arrastré fuera de mi casa y le cerré las puertas, dispuesta a no abrirle nunca más.
Aunque ella esperó pacientemente afuera, como toda amiga fiel que se respete.
Sufrí mucho intentando hacer que las cosas fueran "como yo quería", "como eran antes" o "como se supone que debería ser".
Hasta que llegando al punto de la desesperación, un día me percaté que mi ex-amiga seguía
allá afuera, y decidí dejarla hablar... nada perdía...¿qué más podía
perder?.
Me callé...y dejé que me dijera lo que quisiera. Cabe
resaltar que la Srta. Realidad es muy franca...y cuando te dice las
cosas...te las dice de frente..sin anestesia previa.
-"Amiga
mía, esto es lo que pasa, tu mamá atravesó por algo muy grave y estas son
las secuelas, las consecuencias. Hoy ella es débil, tiene pánico,
depende de tí y no recuerda casi nada. Y esto puede mejorar, empeorar o
quedar igual...esa es la verdad.
Tú estas intentando revivir el
pasado, estas queriendo transformar este momento en lo que quisieras,
estás luchando contra algo que no puedes cambiar...porque es la
realidad.....soy la realidad".
Mi reconciliación con esta sincera señorita no fue fácil, no fue
fácil aceptarla tal y como es ..y no como yo desearía que fuera.
Pero
una vez hechas las paces, mi persistente amiga me dio pruebas
fehacientes de su cariño...desde su perspectiva pude por fin ayudar a mi
mamá y a mi misma.
¿Podemos reconstruir lo que queremos sobre la fantasía o sobre un pasado que no regresará?
No, porque no tiene cimientos y se caerá.. porque es vacío, es nada.
En cambio, si podemos reconstruir lo que se destruyó sobre el ahora, sobre el presente y sobre la realidad...
Abrazándola y aceptándola... pueden levantarse de nuevo amores, esperanzas, alegrías ...y memorias perdidas.
Mimy F.
Los deberías y los hubieras no existen.